lunes, 8 de diciembre de 2008

Un Curso de Milagros "LIbro de Ejercicios del 181 al 200"


Lección 181 : "Confio en mis hermanos, que son uno conmigo."Confiar en tus hermanos es esencial para generar tu fe en tu propia capacidad para trascender tus dudas. Cuando atacás a alguien, no estás viendo más allá de sus errores; al Ser que está más allá de sus pecados, y de los tuyos. La percepción tiene un enfoque; eso la hace consistente. Si cambiás de enfoque, lo que percibas cambiará.Dejá de concentrarte en los pecados de tu hermano, y sentirás la paz que viene de tener fe en la impecabilidad. Sus errores no son sino testigos de tus propios pecados. Prácticas: lo primero que haremos será dejar que estos enfoques den paso a la necesidad que tenemos de que NUESTRA impecabilidad se haga evidente. Instruímos a nuestra mente para que por un tiempo sea sólo eso lo que busque: la inocencia y nada más. No importa lo que hayamos visto un momento antes, o un momento después. No importa el pasado (que ya pasó) o el futuro (que aún no existe): cambiá el enfoque ahora, en este presente. Comenzamos, entonces, VIENDO la impecabilidad que mora en nosotros. Si sentimos enojo, o si empezamos a recordar los pecados de un hermano, lo que hace que nos fijemos en nuestros propios errores, digámonos:"No es esto lo que quiero contemplar."Confío en mis hermanos que son uno conmigo"Servite de esta idea a lo largo del día. Cuando algo nuble la visión de nuestra impecabilidad, pongamos fin por un instante al dolor de concentrarnos en el pecado. Busquemos la inocencia, la impecabilidad, y el mundo se volverá así para nosotros. Haremos propia la visión de Cristo, depositando nuestra fe en la experiencia que ahora pedimos, ya que nuestra impecabilidad es voluntad de Dios, por lo tanto, nuestra.


Lección 182 : "Permaneceré muy quedo por un instante, e iré a mi hogar."Este mundo en el que parecemos vivir no es nuestro hogar. En algún lugar de la mente, el recuerdo del hogar sigue rondándonos, instándonos a regresar, sintinéndonos como extraños aquí. No es algo concreto, es una sensación, que hay quienes tratan de ahogar entreteníendose en el mundo, o negándola, o desconociéndola. Tal vez pienses que lo que extrañás es el hogar de tu infancia; pero el Cielo no tiene sustitutos, y en vos hay un Niño buscando a su Padre; su infancia es eterna, llena de inocencia. Este Niño que mora en vos es el que tu Padre reconoce como Su Hijo, y es el que te pide retornar a Su hogar. Este Niño necesita tu protección, y sabe que no le fallarás; volverá a su hogar y vos lo acompañarás. Su paciencia es infinita: te hablará muy quedo hasta que oigas su dulce voz dentro tuyo, instándote a volver su hogar, que es el tuyo. Prácticas : Cuando estés en perfecta quietud por un instante, oirás Su Voz. Al no ofrecer resistencia, él te llevará a Su hogar, donde permanecerás con él en quietud y paz, libre de todo temor. Descansa a menudo con él hoy, que estuvo dispuesto a convertirse en niño pequeño para que pudieras aprender cuán fuerte es aquel que viene sin defensas. Cristo renace como un niño pequeño cada vez que un peregrino abandona Su Hogar. Andá con él a tu hogar de vez en cuando hoy; vos sos un extraño aquí, lo mismo que Él. Dejá hoy de lado tu escudo, que de nada te sirvió. Cristo te llama amigo y hermano, y te invita a regresar a tu hogar. Vos no perdiste tu inocencia; y éso es lo que anhelás; lo que tu corazón desea. Ésa es la voz que oís, y la llamada que no se puede ignorar. Este Niño sigue a tu lado, su hogar es el tuyo, y Él te dá su indefensión. El camino de vuelta al hogar está libre y despejado. Permanecé muy quedo por un instante, regresá a tu hogar junto con él y gozá de paz por un rato.


Lección 183 : "Invoco el nombre de Dios y el mío propio."El nombre de Dios es sagrado, pero no más que el tuyo. Un Padre le da su nombre a su Hijo, y así lo identifica. Su nombre te recuerda quién sos, incluso en un mundo que lo ignora, y aunque vos mismo no lo recuerdes. El nombre de Dios suscita una respuesta, provoca un eco en la mente que te exhorta a recordar. Decilo, y estarás invitándo a los ángeles a tu vida. Decilo, y el mundo responderá abandonando las iluciones. Decilo, y otros nombres dejan de tener significado; las tentaciones se vuelven indeseables. Repetí el nombre de Dios e invocá a tu Ser, Cuyo Nombre es el Tuyo. Repetí hoy el nombre de Dios. Prácticas : Practicá sólo ésto hoy: repetirlo una y otra vez, relegando al olvido cualquier nombre que no sea el de él. Sólo al principio, diremos la idea de hoy una sola vez; y luego, repetiremos Su nombre dejando que absorba nuestra mente por completo. Dejá que sea la respuesta a cualquier otro pensamiento. Hoy podemos alcanzar un estado en el que experimentaremos el don de la gracia, liberándonos de las ataduras del mundo. Toda otra oración es innecesaria. Todo lo insignificante se acalla. Y la Voz de su Padre responde a Su Hijo que lo invoca. La paz eterna se encuentra en esta eterna y serena relación.


Lecciòn 184: "El nombre de Dios es mi herencia."Vivís en base a símbolos. Inventaste nombres para todo lo que ves, separándo así todo de vos. Este espacio es el medio a través del cual tiene lugar tu percepción del mundo, perdiendo de vista la unidad. Así se construye la realidad, en base a una visión parcial y fragmentada. Pero esta otra visión, basada en la unidad, sigue siendo la dirección natural para que la mente canalice su percepción. Creés que aprender es asignar un nombre a cada signo y símbolo, y creer que ello es real. Es una fase por la que hay que pasar, pero cuanto antes se perciba lo dudoso y cuestionable de su base, se puede comenzar otro tipo de aprendizaje y adquirir una nueva percepción. Todavía tenés necesidad de usar los símbolos del mundo, pero sin dejarte engañar por ellos, sabiendo que no representan nada; no son sino medios para comunicarte y que el mundo te pueda entender; pero reconocé que no son la unidad en la que puede hallarse la real comunicación. Prácticas : Así, cada día necesitamos intervalos en los cuales las enseñanzas del mundo se transforman en una fase transitoria; para luego salir a la luz del sol y entender la Palabra. Usá todos los nombres y símbolos nimios, pero no los aceptes como tu realidad; no olvides que comparten el nombre de Dios junto con vos. Dios no tiene nombre; sin embargo, Su Nombre se convierte en la lección final de que todas las cosas son una. Así, finaliza todo aprendizaje. Es la herencia que Él les dio a los que eligieron que las enseñanzas del mundo ocupen el lugar del Cielo, como respuesta; porque Su Nombre abarca toda la realidad. Todos los aspectos de la conciencia del Hijo de Dios comparten el mismo Nombre, que usamos en nuestras prácticas. "Padre, nuestro nombre es el Tuyo. En Él estamos unidos con toda cosa viviente, y Contigo que eres su único Creador. Lo que hemos hecho y a lo que hemos dado muchos nombres diferentes, no es sino una sombra que hemos tratado de arrojar sobre Tu Realidad. Y nos sentimos contentos y agradecidos de haber estado equivocados. Te entregamos todos nuestros errores, a fin de ser absueltos de cuantos efectos parecían tener. Y aceptamos la verdad que Tú nos das en lugar de cada uno de ellos. Tu Nombre es nuestra salvación y la manera de escapar de lo que nosotros mismos hemos hecho. Tu nombre nos une en la unicidad que es nuestra herencia y nuestra paz. Amén."


Lección 185 : "Deseo la paz de Dios."Decir de corazón estas palabras lo es todo. Jamás volverías a sentir pesar alguno, y recobrarías plena conciencia del Cielo. Con que haya dos mentes que estuviesen de acuerdo en que ésto es lo único que anhelan, libres del mundo del sueño, el mundo cambiaría. Pero en sueños, sólo se puede transigir; así las ilusiones pasan a ocupar Su lugar. Desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños, a las ilusiones. Las examinó, y se dio cuenta de que no ofrecen nada. Procura ir más allá de ellas. Y debe unirse a otras mentes, pues es así como se alcanza esta paz. Sea cual sea la forma en que la lección se presente, ha sido planeada por DiosPrácticas : Dediquémoslas a reconocer que nuestras palabras son sinceras. Escudriñá tu mente minuciosamente, para descubrir los sueños que todavía anhelás. Considerá lo que creés que te brindará consuelo y felicidad, pero no te desalientes por las ilusiones que aún perduran. No dejes que algunos sueños te resulten más aceptables, mientras escondés otros que te averguenzan; y hacete esta pregunta: "¿es ésto lo que deseo en vez de la paz de Dios?" No te dejes engañar: es una opción o la otra. No puede aceptarse parcialmente una u otra. Nadie que busque realmente la paz de Dios puede dejar de hallarla; lo único que pide es dejar de engañarse a si mismo al negarse lo que la Voluntad de Dios dispone. La paz de Dios es tuya; fue creada para vos. Cuando un don de Dios es pedido y aceptado pro cualquiera, nadie pierde, todos salen ganando: Dios dá sólo con el propósito de unir. Y sabrás que compartes una sola Voluntad con todos tus hermanos, cuya intención es la tuya. Es esa única intención la que buscamos hoy al unir nuestros deseos a la necesidad de cada corazón.


Lección 186 : "De mí depende la salvación del mundo."Esta afirmación algún día erradicará de las mentes toda arrogancia; implica la verdadera humildad de aceptar la función que se te ha encomendado, sin adjudicarte ninguna otra función. No nos opongamos a nuestra función, porque no somos nosotros los que la establecimos. No fue idea nuestra. Aceptemos nuestro papel con genuina humildad, y no neguemos con falsa arrogancia que somos dignos de ella; es el orgullo el que se niega a responder a la llamada del propio Dios. Mientras que no entiendas su significado, puede que la idea de hoy te parezca ardua, pero lo único que dice es que tu Padre te recuerda y te ofrece la perfecta confianza que tiene en tí, Su Hijo. No te pide que seas distinto a como sos en modo alguno. Si Él nos considera dignos de esta tarea, es que lo somos: escuchemos la Voz de Dios revelarnos lo que Él quiere que hagamos. No juzgués si sos merecedor o no, es la arrogancia la que forja la imagen que huye aterrorizada cuando la Voz que habla por Dios te llama. Vos no sos débil; y así hallaremos nuestra paz, ya que los papeles que nosotros mismos nos hemos auto-otorgado son inestables, pareciendo oscilar entre la aflicción y la dicha del amor, a merced de nuestras emociones.Estas imágenes insustanciales desaparecerán, dejando tu mente libre y serena, cuando aceptes la función que se te ha encomendado. Hacé lo que la voz de Dios te indique. La salvación del mundo depende de vos, que podés perdonar. Esa es tu función aquí.


Lección 187 : "Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo."Nadie puede dar lo que no tiene. De hecho, dar es la prueba de que se tiene. Y a diferencia de lo que el mundo cree, dar incrementa lo que tienes; porque al compartir tus ideas, (y las cosas sólo representan el pensamiento que les dio origen) las mismas se refuerzan en tu mente. Las ideas tienen que pertenecerte primero, antes que puedas darlas; por ello, si has de salvar al mundo, primero tenés que aceptar la salvación para vos mismo. Hay un dador que conserva lo que da, y un receptor que también habrá de dar; y ambos ganan en este intercambio, pues c/u de ellos dispondrá del pensamiento en la forma que le sea más útil.No olvides que sólo te das a vos mismo; el que conoce el real significado de dar, no puede menos que reírse de la ilusión de la idea del sacrificio. Jamás creas que podés hacer sacrificio alguno; esta idea no tiene cabida en lo que tiene valor. Si surge esta idea, implica que se ha cometido un error y tu bendición la corregirá; ninguna forma de sufrimiento o sacrificio puede permanecer con uno que se ha perdonado y bendecido a sí mismo.Ahora somos uno en pensamiento con nuestro hermano, pues el miedo ha desaparecido. No estamos separados de Aquel que es nuestra Fuente, y el temor ha desaparecido. Tenemos el nombre de Dios en nuestros labios.Ahora, somos bendecidos y bendecimos al mundo. Queremos extender lo que hemos contemplado, porque queremos verlo en todas partes, refulgiendo en nuestros hermanos con la gracia de Dios; pues allí donde lo veamos, nos será devuelto.


Lección 188 : "La paz de Dios refulge en mí ahora."¿Por qué esperar al Cielo? Los que buscan la luz están simplemente cubriéndose los ojos. La luz ya está en ellos. La iluminación es un reconocimiento, no un cambio. La luz vino contigo de tu hogar natal y es lo único que trajiste de Aquel que es tu Fuente. Esta luz no se puede perder. La paz de Dios refulge en vos ahora, y desde tu corazón se extiende al mundo, deteniéndose a acariciar cada cosa viviente, dejándole una bendición que perdura por siempre; lo que da no puede sino ser eterno.La paz de Dios no puede contenerse. El que la reconoce dentro de sí tiene que darla. Prácticas : Sentate en silencio y cerrá los ojos; la luz en tu interior es suficiente, sólo ella puede concederte el don de la visión. Cerrate al mundo exterior, y dale alas a tus pensamientos para que lleguen hasta la paz que hay dentro de vos; ellos conocen el camino, porque son los pensamientos que pensás con Dios. Te conducen de vuelta a la paz, desde donde vinieron con el único propósito de enseñarte cómo regresar.El propósito de nuestras prácticas de hoy es acercarnos a la luz que mora en nosotros, tomar la rienda de nuestros pensamientos errantes y dulcemente conducirlos de regreso adonde puedan armonizarse con los pensamientos que compartimos con Dios, y así les restituimos la santidad que es su herencia.De esta forma, nuestras mentes quedan restauradas, y perdonamos a todas las cosas vivientes que comparten nuestra vida, y absolvemos al mundo por lo que pensábamos que nos había hecho. Somos nosotros los que construimos el mundo como queremos que sea, y elegimos que sea libre de pecado y receptivo a la salvación. "La paz de Dios refulge en mí ahora. Que todas las cosas refuljan sobre mí en esa paz, y que yo las bendiga con la luz que mora en mí."


Lección 189 : "Siento el amor de Dios dentro de mí ahora."Hay en vos una luz que el mundo (y vos con los ojos terrenales) no pueden contemplar. Pero está en vos para que la veas, y es un reflejo del pensamiento de hoy; hace del mundo un lugar renovado, pleno de inocencia y esperanza, caridad y amor. Este es el mundo que el amor de Dios revela. Un mundo presto al ataque y lleno de odio resulta así inconcebible, y viceversa; y sólo es posible ver uno de ellos.¿Cuál de ellos querés ver? Sos libre de elegir: contemplarás aquello que sientas en tu interior. Prácticas : hoy pasamos de largo las ilusiones, según intentamos llegar a lo que es verdad en nosotros, y sentir su infinita ternura, y su Amor que sabe que somos tan perfectos como Él mismo, y su visión, el don que nos ofrece. Permanecé muy quedo, y dejá a un lado todos los pensamientos acerca de lo que sos y lo que Dios es; todas las imágenes de vos mismo. Vaciá tu mente de todo lo que ella piensa que es verdadero o falso, bueno o malo. No conserves nada; y completamente vacío, andá a Dios. No necesitás saber cómo llegar a Él, ya que Él conoce el camino; sólo necesitás disipar los obstáculos que pusiste entre el Hijo de Dios y Su Padre. Pide y recibirás. Pero no vengas con exigencias, ni mostrándole por dónde Él debe aparecer ante vos. Así, hoy no elegimos el camino por el que vamos a Él; pero elegimos dejar que Él venga a nosotros. "Padre, no sabemos cómo llegar a Ti, Pero te hemos llamado y Tú nos has contestado. No interferiremos. Los caminos de la salvación no son nuestros, pues te pertenecen a Tí, y es a Tí a donde vamos para encontrarlos. Nuestras manos están abiertas para recibir Tus dones. No tenemos ningún pensamiento que no pensemos contigo, ni abrigamos creencia alguna con respecto a lo que somos o a Quien nos creó. Tuyo es el camino que queremos hallar y seguir; y sólo pedimos que Tu Voluntad. que también se la nuestra, se haga en nosotros y en el mundo para que éste pase a formar parte del Cielo. Amén".


Lección 190 : "Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor."El dolor es una perspectiva errónea; experimentarlo significa que nos hemos engañado a nosotros mismos, y proclama que Dios es cruel. ¿Cómo podría ser real?Si Dios es real, el dolor no existe, y viceversa. Ha llegado el momento de reírse de ideas tan absurdas, sin tomarlas como pecados secretos de graves consecuencias. Son únicamente tus pensamientos los que te causan dolor; nada externo a tu mente, nadie puede herirte o hacerte daño, o afectarte en modo alguno. Sos quien tiene el poder de dominar todas las cosas, reconociendo simplemente su inocuidad. El mundo que ves no es otra cosa que la representación de tus pensamientos; será completamente distinto cuando decidas que eliges el júbilo de Dios, donde tu Ser se alza radiante.En el dolor, el miedo parece triunfar sobre el amor. Deponé tus armas y vení sin defensas al sereno lugar donde la paz del Cielo envuelve todas las cosas con quietud. Dejá ir el ataque; dejá ir los juicios. Hoy es el día en que comprendemos plenamente la lección que encierra todo el poder de la salvación: el dolor no existe, es una ilusión; y el júbilo de Dios es real y se vuelve tuyo. Por lo tanto, volvamos a optar por la única alternativa que podemos elegir, ya que siempre estamos eligiendo entre las ilusiones y la verdad. Somos libres de elegir nuestro júbilo en vez del dolor, nuestra santidad en vez del pecado, y la luz del Cielo en vez del mundo.


Lección 191 : "Soy el santo Hijo de Dios mismo."Esta es la declaración de tu liberación de las cadenas del mundo. Al negar tu identidad, le diste entidad a la ilusión del mundo; contemplaste el caos, y proclamaste que eso sos.Pero este no puede más que ser un juego en el cual puedes negar tu identidad. Sos tal como Dios te creó; creer cualquier otra cosa sería absurdo. Con esta verdad desaparecen todas las ilusiones. Deja que la idea de hoy encuentre un lugar entre tus pensamientos, y te habrás elevado muy por encima del mundo, así como de los pensamientos mundanos; y desde ese lugar de seguridad, retornarás a él y lo liberarás. Aquel que puede aceptar su identidad realmente se salva; y basta con un solo pensamiento santo como éste para liberarte. Decite a vos mismo:"Soy el santo Hijo de Dios Mismo. No puedo sufrir ni sentir dolor; no puedo sufrir pérdidas ni dejar de hacer todo lo que la salvación me pida."y con este pensamiento, lo que contemples cambiará por completo.Si te percibís a vos mismo como débil y frágil, nacido sólo para morir, llorar y padecer, sabé que se te dió todo poder en la tierra y en el Cielo. Estás jugando un juego macabro si creés otra cosa. Dejá que el Hijo de Dios despierte de su sueño, y regrese a bendecir al mundo que él fabricó, así el mundo dejará de soñar con la muerte. Liberate a vos mismo de ese sueño, para así poder liberar al mundo. Recordá que sos el santo Hijo de Dios mismo y el mundo entero se libera; recordalo, y la tierra y el Cielo son uno.
Bueno, bueno... sé que cuesta creerlo. Por lo menos, a mí me costaba hasta leerlo. Es que uno viene lleno de prejuicios, preconceptos, advertencias, recomendaciones... y sobre todo, embanderado en la racionalidad. Yo entré primero por la física cuántica, a la que me acercó Deepak Chopra, con el libro "Conocer a Dios". Y este año, al escribirlo, no dejo de asombrarme y sorprenderme porque dicen lo mismo. Claro, si preferís leerlo en difícil y con una explicación científica y racional, quizá quieras empezar por ahí, y luego, sorprenderte como yo de no haber entendido antes lo que el Curso dice. Ésta, con vos, es mi tercera vez completa del curso de Milagros; y aún hoy, leo frases que me maravilla no haber visto antes. ¿No te pasa, incluso con otros libros? ¿Será que no somos los mismos que lo leyeron antes? En un sentido, seguimos siendo siempre los mismos (y tenemos que tener cuidado de quién sale a dirigir nuestra vida); y en otro, hay cosas que descubro como si las viera por primera vez. Quizá lo que cambia es la visión que uno usa, ¿no?

Lección 192 : "Tengo una función que Dios quiere que desempeñe"La santa Voluntad de tu Padre es que vos lo completés, y que tu Ser sea uno con Él, por siempre puro, extendiendo el amor y creando en su nombre. Pero en ente mundo, tenemos además una función de acuerdo a sus normas: el perdón. No es una creación de Dios, porque no tiene sentido en el Cielo; pero es lo que más se le parece en la tierra. El perdón contempla todas las cosas desconocidas en el Cielo y las ve desaparecer; es el medio para superar el miedo a la muerte; permite que el cuerpo sea reconocido como lo que es: un recurso de enseñanza, para dejar de usar la razón para justificar nuestra furia y ataques. Un carcelero no es libre: tiene que permanecer al lado del preso, asegurarse de que no escape, vigilarle; su mundo termina siendo la cárcel. Por eso, no mantengas a nadie prisionero; liberá en vez de aprisionar para ser libre vos. Todo el que te tienta a sentir ira, es tu salvador de la prisión de la muerte: liberalo, y agradecele, en lugar de querer lastimarlo.Hoy sé misericordioso; te lo pide el Hijo de Dios que es digno de tu misericordia. Tu única función en la tierra es perdonar, para que puedas aceptar al Hijo de Dios como tu identidad: él es tal como Dios lo creó, y vos sos lo que él es. Perdonale sus pecados y verás que sos uno con él.


Lección 193 : "Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda"El aprendizaje es algo ajeno a Dios. El dispone que la felicidad de Su Hijo sea perpetua y por siempre en aumento. Dios no ve contradicciones, pero Su Hijo cree verlas. Por eso, te provee de Alguien que pueda corregir tu defectuosa manera de ver, ofreciéndote una visión que te conduce al lugar donde la percepción cesa. Esas son las lecciones que Dios quiere que aprendas. Puede cambiar la forma, pero el contenido fundamental es: "Perdona, y verás esto de otra forma"Es cierto que no parece que todo pesar sea una falta de perdón; pero es la falta de perdón lo que está detrás de todas las formas distintas. Esta uniformidad hace que el aprendizaje sea seguro: nadie puede ocultarse tanto tiempo de una obviedad. Se reconoce sólo con desear ver la lección que allí se encierra. Estas son las palabras que te dan poder sobre todos los acontecimientos que parecen tener control sobre vos. "Perdona, y verás esto de otra forma" Si parece ser real el dolor en alguna percepción, tené por seguro que no se aprendió alguna lección, y en la mente que ve el dolor permanece oculta una falta de perdón. Dios no quiere que sigas sufriendo de esa manera: quiere que te perdones a vos mismo. Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que vos aprendas, Él no deja ningún pensamiento rencoroso sin corregir, para asegurarse de que ninguna espina lastime a Su Hijo y que su paz sea imperturbable; no quiere ni una sola lágrima más por derramar. Quiere que la risa reemplace todas ellas, y que Su Hijo sea libre otra vez. Hoy trataremos de superar en un solo día miles de obstáculos para la paz. Dedica todo el tiempo que puedas (mañana, tarde y noche) a volver a casa de nuestro Padre. Según practiquemos, pensemos en las cosas que nos hemos quedado para resolverlas por nuestra cuenta, y entreguémoselas a Aquel que sabe cómo contemplarlas de manera que desaparezcan.Práctica: Hoy y los días próximos, dedica un poco de tiempo cada hora a practicar la lección del perdón tal como se indique. Tratá de aplicarla a lo sucedido en esa hora, para que la próxima esté libre de ello. No dejes que ninguna hora arroje sombra sobre la siguiente; y una vez transcurrida, que todo lo sucedido se vaya con ella. Así permanecerás libre y en la paz eterna en el mundo del tiempo. Esta es la lección que Dios quiere que aprendas: hay una manera de contemplarlo todo que te acerca más a Él y a la salvación del mundo. A todo error, respondé: "Perdono, y esto desaparece" Repetí estas palabras ante cualquier aprensión, preocupación o sufrimiento. Estarás en posesión de la llave que abre las puertas del Cielo. Dios dará el paso final hacia vos.


Lección 194 : "Pongo el futuro en manos de Dios"La idea de hoy te lleva justo antes del Cielo, con el objetivo a la vista y los obstáculos ya superados. Al aceptarla, dejaremos atrás la ansiedad, el pecado y la culpa; la depresión y el dolor. Tu futuro está en sus manos, así como tu pasado y presente; pero no se te pide que entiendas que el tiempo no tiene realmente secuencia lineal, sino que te desentiendas de tu futuro y lo pongas en Manos de Dios. Liberá al futuro. El pasado ya pasó, y el presente se convierte en un instante santo. Si pudieras ver la lección de hoy como la liberación que representa, no dudarías en dedicarle el máximo esfuerzo. El que escapó de todo temor de futuros sufrimientos, encontró el camino de la paz en el presente, y la certeza de un cuidado que el mundo jamás amenazará. Dejó a un lado las enfermizas ilusiones del mundo junto con las suyas. Ahora sí que te habrás salvado, pues descansás en sus manos, salvando al mundo en el proceso. Sólo lo bueno nos puede suceder. Si nos olvidamos, se nos recuerda dulcemente; si aceptamos un pensamiento que muestra falta de perdón, queda reemplazado por el amor; si estamos tentados de atacar, apelamos a Aquel que vela por nosotros, para que tome la decisión que nos aleje de la tentación. El mundo dejó de ser nuestro enemigo, porque decidimos ser su Amigo.


Lección 195 : "El amor es el camino que recorro con gratitud"Es absurdo no estar agradecido a Quien te ofrece los medios por los cuales todo dolor cura y sólo hay risa y felicidad. Ves a tu hermano como tu enemigo, porque lo ves como el rival de tu paz. Pero no agradecés que él esté más esclavizado que vos, porque EL AMOR NO HACE COMPARACIONES; Y la gratitud sólo es sincera si va acompañada de amor. Entonces, agradecé con sinceridad, y dejá que en tu gratitud haya cabida para todos los que se escaparán de este mundo junto con vos: enfermos, débiles, necesitados, temerosos... No nos comparemos con ellos porque al hacer eso los separamos en nuestra conciencia de unidad. No estamos separados de ninguna cosa viviente, y todos somos uno con Él. Demos gracias por toda cosa viviente, recorriendo con gratitud el camino del amor. Olvidamos el odio cuando abandonamos las comparaciones; cuando nuestro perdón sea total, nuestra gratitud lo será también. Todas las cosas son acreedoras al derecho a ser amadas, incluyéndote. Nuestra gratitud allana el camino a Dios, y no puede sino ir de la mano del Amor; es un aspecto de él. Tu gratitud hacia Dios es la misma que la de Dios hacia vos.


Lección 196 : "Es únicamente a mí mismo a quien crucifico"Entender esto realmente, significa que verás que atacar a otro es atacarte a vos mismo, liberándote de la creencia de que para defenderte y salvarte, tenés que atacar a tu hermano. Comprenderás que su seguridad es la tuya, y que al sanar él, vos quedás sano.Esta idea puede parecerte también una señal de que es imposible eludir el castigo, porque el ego no duda en citar verdades para defender su existencia; pero podés aprender a verlo, y negar el significado que parece tener; así también le enseñás a tu mente que sos más que un ego. La idea de hoy nos conduce desde el cautiverio hacia la perfecta libertad, porque es el pensamiento de que podés atacar a otros y quedar impune, lo que hace que creas que podés ser dañado. Este pensamiento es el que hace que el temor a Dios sea real. Pero para poder cuestionarlo, tenemos que hacer que el miedo a las represalias disminuya y la responsabilidad recaiga sobre nosotros. Si es sólo a uno mismo al que crucificamos, somos fuertes y no débiles, somos libres. Si te das cuenta de que es a vos mismo a quien temés, hacés que la mente se perciba como dividida, y ves que dentro tuyo hay uno que no duda en ansiar tu muerte y maquinar castigos; entonces, comprendés la liberación de no tener que hacerlo, y desaparece el temor a Dios. Alejate del miedo, dirigite al amor. Es a vos a quien tu mente trata de crucificar; pero es también de vos que procede tu redención.


Lección 197 : "No puede ser sino mi propia gratitud la que me gano"Este es otro paso que damos para liberarnos de la creencia de una fuerza externa enfrentada a la tuya. Tratás de perdonar, pero si no recibís gratitud a cambio, volvés a atacar. Das tus regalos, y si no son recibidos con honor, los quitás. El mundo no puede sino darte las gracias cuando lo liberás, pero eso no es más que un reflejo de tu propia gratitud hacia vos mismo. ¿qué importa lo que el otro piensa? Una parte de su mente, forma parte de la tuya propia. Dios bendice cada regalo que hacés, porque sólo te lo podés hacer a vos mismo. Si aprendés a dejar que el perdón desvanezca los pecados que creés ver fuera de vos, el miedo se acaba para siempre. Aún sos tal como Dios te creó, no podés atenuar la luz de tu perfección. En tu corazón se encuentra el Corazón de Dios Mismo; Él te aprecia porque vos sos como Él; sos digo de toda gratitud por razón de lo que sos.


Lección 198 : "Sólo mi propia condenación me hace daño"El daño es imposible, pero las ilusiones forjan más ilusiones. Si podés condenar, se te puede hacer daño, porque habrás creído que podés hacer daño externo a vos, y ese derecho puede ser usado en tu contra, hasta que renuncies a este pensamiento por ser irreal, sin valor e indeseable. Así la ilusión deja de tener efectos, y sos libre. Condená y te volvés un prisionero. Perdoná y te liberás. Esta es la ley que rige a la percepción ilusoria, (ya que condenar es imposible) excepto el perdón, que es la ilusión que responde a todas las ilusiones, desvaneciendo todos los sueños, ya que es el sueño del despertar. Es el único camino que conduce más allá del sufrimiento.En este mundo parece haber distintos escondrijos donde la piedad no tiene sentido y el ataque parece estar justificado; pero si mirás por medio del perdón, percibirás allí un milagro; el perdón es un puente hacia la verdad, aunque sin ser aún la verdad. Hoy dejemos que la libertad venga a nosotros, para poder encontrar la llave hacia la luz:"Sólo mi propia condenación me hace daño; Sólo mi propio perdón me puede liberar"No olvides que toda forma de sufrimiento oculta algún pensamiento que niega al perdón, y que el perdón puede sanar toda forma de dolor. Aceptá el perdón, esta única ilusión que proclama que en el Hijo de Dios no hay condenación y el Cielo vendrá a vos inmediatamente; y entonces, el Hijo de Dios se verá a si mismo como siempre fue, impecable, tan semejante a Dios como a sí mismo; se contempla por un fugaz instante, antes de entrar en la intemporalidad y desaparecer para siempre en Dios. Este es el momento de tu liberación. Ha llegado hoy. ¡Qué bárbaro! ¡Cómo necesitamos recordar, y recordar, y recordar siempre lo mismo! Nunca tomé conciencia del tema de las comparaciones de que habla la lección 195. En mi caso, el tema de comparar está tan arraigado (ya sea para mejor o peor...) que había perdido de vista completamente que, al comparar, "separo" de mí lo que es uno. Y me divido, y me fragmento.Además, la semana pasada no dejó de llamarme la atención cómo se pierde de vista al otro por mirarse uno, y hubo varios ejemplos de este estilo; cómo, si creo que el otro interfiere con lo que necesito o deseo, no lo veo en absoluto. El tema de observarnos hace que estemos centrados en nosotros, mirándonos con lupa; pero cómo es necesario no perder de vista al otro en este proceso. No sólo por considerarlo, sino porque está. Gurdjieff habla de consideración externa, y yo decía: ¿cómo es? ¿tenés que hacer siempre lo que el otro quiere? Y esta semana entendí que tenía que ver con actuar pasivamente ante el otro, y no con ceder siempre; sí con no reaccionar con el hábito, sino tratando de VER al otro antes de actuar uno. Él habla de hacer pasiva la personalidad. Me cierra con las palabras de Silvia: "No te podés enojar". Y sobre todo, luego de haber leído en las lecciones de esta semana, que todo ataque no es sino un ataque contra uno mismo. Que al percibir algo como ataque, doy entrada a la posibilidad de ser atacado.

Lección 199 : "No soy un cuerpo. Soy libre." No podés ser libre mientras te percibas como un cuerpo, porque el cuerpo es un límite. La mente puede ser libre cuando deja de verse como que está dentro de un cuerpo, atada a él; si esto fuera así, la mente sería vulnerable. Es esencial para tu progreso que aceptes la idea de hoy y la tengas en gran estima. No te preocupes si al ego le parece descabellada; el ego tiene en gran estima al cuerpo porque vive en él, y no puede vivir sino unido al hogar que construyó. Es parte de la ilusión que ayudó a mantener oculto el hecho de que el ego también es ilusorio. Ahí (en el cuerpo) se esconde. Declará tu inocencia y te liberás. Poné en práctica esta idea hoy y cada día. Hacé que forme parte de cada sesión de práctica, porque ho hay pensamiento cuyo poder de ayudar no aumente con esta idea. El Espíritu Santo es el hogar de las mentes que buscan la libertad. El propósito del cuerpo deja de ser ambiguo; es un instrumento para la mente y el Espíritu Santo y al no poder esclavizar, se vuelve un digno servidor de la libertad que persigue la mente que mora en el Espíritu Santo .Sé libre hoy, y entregá el regalo de la libertad a todos los que creen estar esclavizados en el interior de un cuerpo. Permití que el amor reemplace sus miedos a través tuyo. Aceptá la salvación ahora, y entregale tu mente a Aquel que está esperándote, y quiere darte perfecta libertad, perfecta dicha, perfecta realización en Dios. Vos sos el Hijo de Dios, ¿no te gustaría retornar a él ahora? Practicá entonces este pensamiento que el Espíritu Santo te da para hoy. Dios extiende Su amor y felicidad cada vez que decís: "No soy un cuerpo. Soy libre. Oigo la Voz que Dios me ha dado, y es sólo a esa voz que mi mente obedece"

Lección 200 : "No hay más paz que la paz de Dios." Dejá de buscar. No encontrarás otra paz que la paz de Dios. Aceptá este hecho y te ahorrarás sufrir mas amargos desengaños, desesperación o duda. Dejá de buscar. Sólo podés hallar la paz de Dios, a menos que busques infelicidad y dolor. A este punto tenés que llegar para dejar de lado la esperanza de hallar felicidad donde no la hay. Con facilidad podés pedir amor, felicidad y paz sin fin; pedí esto, y sólo podés ganar, porque estás pidiendo lo que ya tenés. Pedir lo que es falso te lleva al fracaso. Perdonate a vos mismo tus vanas imaginaciones, y dejá de buscar lo que no podés encontrar. Regresá a casa; jamás encontraste felicidad en otros lugares. No te corresponde estar en el mundo, aquí sos un extraño. Pero tenés los medios a través de los cuales el mundo deja de ser una prisión: cambiar de parecer con respecto al propósito del mundo y verlo como un lugar bendito, liberando de tus errores a cada hermano y honrándolo como lo que es realmente. Vos no lo creaste, ni a él ni a vos mismo.El perdón en verdad no tiene función en el Cielo, pero en la tierra ayuda al Hijo de Dios a escapar de los sueños de maldad que él cree reales. La paz es el puente que todos tenemos que cruzar para dejar atrás este mundo; pero se empieza a tener paz cuando se lo empieza a percibir de otra manera, que nos conduce a las puertas del Cielo. No volvamos a perder el rumbo hoy; hacia allí nos dirigimos, y el camino es recto. Sólo Dios es seguro; y Él guía nuestros pasos. Ahora reina el silencio; dejá de buscar. Llegaste adonde el camino está despojado de falsos deseos, y ya ves el Cielo a tu alcance. La paz es unión, si procede de Dios. Ya abandonamos toda búsqueda, y estamos en nuestro hogar cada vez que repetimos:"No hay más paz que la paz de Dios, y estoy contento de que así sea"
SEXTO REPASO:Usaremos sólo una idea por día, y la repetiremos tan a menudo como podamos. Además de 15 minutos al despertar, y lo mismo por la noche, y de recordarla al inicio de cada hora, usá la idea tan frecuentemente como puedas, aplicándola a todo cuanto te suceda a lo largo del día.Cada una de estas ideas puede salvarte; a vos y al mundo, de cualquier clase de cautiverio, e invitar de nuevo al recuerdo de Dios.El tema central de este repaso, con el que empezamos y concluimos cada lección es: "No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó".Nos recuerda que tenemos una función que trasciende el mundo que vemos. Tratá en este repaso de abandonar todo aquello que abarrota la mente y la hace sorda a estas ideas. Nos proponemos ir más allá de las palabras y de las distintas maneras de practicar. Sólo cerramos los ojos y nos olvidamos de lo que creímos saber y entender; así es como nos liberamos de ello. La excepción a esta estructura es que no hay que dejar pasar ni un pensamiento trivial sin confrontarlo. Negá su dominio sobre vos, y decile a tu mente que no es eso lo que querés, reemplazándolo con la idea del día. Si la tentación te asalta, decite:"No quiero este pensamiento. El que quiero es ....." y repetí la idea del día. Le entregamos estos momentos de quietud al Maestro que nos enseña en silencio y nos habla de paz. A Él le ofrezco este repaso por vos. Te pongo en Sus manos, y dejo que Él te enseñe qué hacer, qué decir y qué pensar cada vez que recurras a Él, que siempre está a tu disposición