martes, 25 de noviembre de 2008

Un curso de Milagros "Libro de Ejercicios del 41 al 60"


Lección 41 : "Dios va conmigo dondequiera que yo voy".
Hoy tenemos una sola sesión larga, de ser posible por la mañana, de 3 a 5 minutos.
Sentate con ojos cerrados, repitiendo la idea muy lentamente, tratando de no pensar en nada, tratando de sumergirte en tu interior, más allá de los pensamientos del mundo. De vez en cuando podés repetir la idea de hoy, si te ayuda a mantener despejada de pensamientos la mente, pero sobre todo, tratá de sumergirte en lo profundo de tu mente, vaciándola.
Usá la idea de hoy frecuentemente a lo largo del día, repitiéndola despacio, con ojos cerrados. Concentrate en las palabras, en su significado; incluso podés reírte de los pensamientos de miedo, sabiendo que Dios te acompaña dondequiera que vayas.
Con el tiempo, la idea de hoy desvanecerá la sensación de soledad y abandono que experimentan todos los que se sienten separados. La depresión, la ansiedad, las preocupaciones, son consecuencias de la creencia de la separación. La idea de hoy tiene el poder de terminar con todo este desatino para siempre.
En lo profundo de tu interior, yace todo lo que es perfecto, dispuesto a irradiar a través tuyo al mundo; esto sana todo dolor y pesar; curará a la mente que creía que esas cosas eran reales.
La Fuente de tu perfecta santidad va con vos a todos lados, por ello no se te puede privar de ella.
Se comprende que no creas ésto, porque la verdad se halla oculta en lo profundo de tu interior, bajo una densa nube de pensamientos turbios que representan todo lo que ves. Hoy estamos intentando atravesar esta nube, para llegar a la Fuente de tu santidad, que se halla dentro tuyo.

Lección 42 : "Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo".
Hoy haremos 2 sesiones largas, de 3 a 5 minutos, de ser posible al despertar por la mañana la primera y antes de dormir la otra.
Repetí la idea de hoy lentamente mientras mirás a tu alrededor; luego cerrá los ojos y repetila aún más despacio. Luego, tratá de no pensar en nada, excepto pensamientos relacionados con la idea de hoy; por ej: "La visión tiene que ser posible. Dios da verdaderamente". Dejá surgir estos pensamientos a menos que notes que estás divagando; entonces, volvé a repetir la idea de hoy.
No hay límite en el número de sesiones cortas que podés hacer hoy; cuanto más a menudo las repitas, estarás recordando que el objetivo del Curso es importante para vos.
Esta idea combina dos pensamientos poderosos, de gran importancia. Dios es ciertamente tu fortaleza, y lo que El da, es realmente dado. Lo podés recibir en cualquier momento, y no podés sino estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto. Tal es la fortaleza de Dios, y sus dones.

Lección 43 : "Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él".
Hoy son necesarias 3 sesiones largas, de 5 minutos cada una, la primera lo más temprano que puedas, la última lo más tarde, y la otra intercalada.
Repetí la idea de hoy con ojos cerrados; luego mirá a tu alrededor, aplicándola a lo que veas, al azar (4 ó 5 objetos), por ej: "Dios es mi Fuente. No puedo ver esta cama separada de Él" Luego, cerrá nuevamente los ojos, repetí la idea de hoy, y dejá que aparezca cualquier pensamiento pertinente, por ej: "Veo a través de los ojos del perdón, veo el mundo como bendito", etc.
Si te resulta imposible pensar en algo, volvé a abrir los ojos, y repetí desde allí con los objetos.
En las sesiones cortas de práctica, aplicá la idea a toda persona con la que te encuentres: "Dios es mi Fuente. No puedo verte separado de Él" y aplicala a las situaciones que se presenten durante el día: "Dios es mi Fuente. No puedo ver ésto separado de Él". Tratá de no dejar pasar lapsos muy largos sin usarla.
La percepción no es un atributo de Dios, su ámbito es el conocimiento. Dios creó al Espíritu Santo para que sea Mediador entre la percepción y el conocimiento; sin este vínculo, la percepción habría reemplazado al conocimiento en tu mente.
En Dios no podés ver; la percepción no existe en Dios. Pero en el proceso de erradicar lo que nunca fue, la percepción, inventada por el Hijo de Dios para un propósito no santo, debe convertirse en el medio para restaurar la santidad en tu conciencia. Una percepción que ha sanado, te deja ver que no podés ver separado de Dios, porque no podés estar separado de Dios. Todo lo que hacés, lo hacés en Dios; lo pensás en Su mente.


Lección 44 : "Dios es la luz en la que veo".
Hoy precisamos, como mínimo, 3 sesiones de práctica de 3 a 5 minutos cada una (se recomienda enfáticamente que le dediques más tiempo, sobre todo si no sentís tensión) además de repetir la idea a menudo durante el día con ojos abiertos o cerrados. Pero sobre todo, decidite a no olvidarte de hacerlo.
Prácticas largas: Con ojos abiertos, decí la idea de hoy. Cerralos lentamente mientras la repetís varias veces. Tratá de sumergirte en tu mente, abandonando las interferencias, sumergiéndote más allá de ellas. Si te viene un pensamiento, no te involucres; dejalo seguir. Estamos intentando hacer algo muy sagrado: llegar a Dios. Si sentís resistencia o temor, hacé una pausa y repetí la idea con ojos cerrados. La idea de hoy tendría que hacer que te sientas relajado, e incluso hacerte sentir que te adentrás en la luz. Tratá de pensar en luz sin forma ni límites.
La idea de hoy es una continuación de la anterior, pero le agrega otra dimensión: no podemos ver en la oscuridad, ni fabricar luz. La luz y la vida son inseparables; son diferentes aspectos de la creación. Para poder ver, debemos reconocer que la luz se halla en nuestro interior, y no afuera. Esta luz está siempre con nosotros, haciendo que la visión sea posible siempre. Hoy intentamos llegar a esa luz, (y aprovechamos para entrenar nuestra mente) Dios es la luz en la que vemos, estamos intentando llegar a él.

Lección 45 : "Dios es la Mente con la que pienso".
Haremos 3sesiones de práctica de 5 minutos cada una, que siguen el mismo modelo que la de ayer, además de hacer aplicaciones cortas a lo largo del día.
Tratemos de comprender y recordar que lo que Dios quiere que hagamos es lo que en verdad queremos hacer; y no podemos fracasar al intentarlo; estamos acompañando Su deseo.
Prácticas largas: Con ojos abiertos, decí la idea de hoy. Cerralos lentamente mientras la repetís para tus adentros. Luego, pensá 4 ó 5 ideas afines que provengan de vos, por ej: "mis pensamientos reales están en mi mente. me gustaría encontrarlos" Tratá de llegar a lo eterno; tratá de que tu actitud sea de reverencia, porque estamos intentando llegar a un lugar sagrado: aquel donde nuestra mente se une a la de Dios.
Aplicaciones cortas: tratá de recordar qué importante es comprender la santidad de tu mente, que piensa con Dios, mientras repetís la idea a lo lardo del día, dedicando 1 ò 2 minutos a ello. Dejá de lado los pensamientos indignos de esta mente divina, y agradecé por los pensamientos que Dios piensa con vos.
La idea de hoy es la llave que te dará acceso a tus pensamientos reales, que tienen que estar en tu mente, porque no pueden haber abandonado su fuente. (tené presente que no existe relación entre lo que es real y lo que pensamos que es real) Al pensar con la mente de Dios, compartimos nuestros pensamientos con Él, y viceversa. Tal como somos parte de Su mente, nuestros pensamientos lo son también.

Lección 46: "Dios es el Amor en el que perdono".
Hoy se te piden por lo menos 3 sesiones de práctica de 5 minutos completos (práctica largas) y el mayor número posible de las más cortas.
Prácticas largas: Con ojos abiertos, decí la idea de hoy. Cerralos lentamente mientras la repetís para tus adentros. Luego, explorá tu mente, buscando personas a quienes no hayas perdonado, no importa en qué medida sea. Cualquier persona que no te caiga bien es adecuada. Decí: "NN, Dios es el Amor en el que te perdono". Luego de nombrar a todos aquellos que hayan venido a tu mente, decite: "Dios es el Amor en el que ME perdono", luego añadí ideas afines, por ej: Dios es el Amor en el que me amo a mí mismo" etc. Así podés perdonarte a vos mismo. Terminá la sesión repitiendo la idea original.
Aplicaciones cortas: pueden consistir en repetir la idea original, o en tener pensamientos afines. Pero asegurate de, en caso de tener cualquier reacción negativa hacia alguien a lo largo del día, decirle silenciosamente: "Dios es el Amor en el que te perdono"
La idea de hoy parece inferir que Dios perdona, pero para ello primero tiene que haber condena, y ello es imposible. Si bien Dios no perdona, su Amor es la base del perdón. El miedo condena, el Amor perdona; el perdón deshace lo que el miedo produjo; por eso el perdón es la mayor necesidad en este mundo de ilusión; los que perdonan, se liberan a sí mismos de las ilusiones, y de la misma manera en que sólo te condenás a vos mismo al condenar, al perdonar te perdonás a vos mismo. Por todo esto, el perdón es realmente la salvación.

Lección 47 : "Dios es la fortaleza en la que confío".
Hoy son necesarias 4 sesiones de práctica de 5 minutos c/u, aunque se nos exhorta a hacer más y de más duración (práctica largas). Repetí la idea frecuentemente en el transcurso del día, usándola como respuesta a cualquier cosa que te perturbe.
Prácticas largas: Cerrá los ojos y repetí la idea de hoy. Luego buscá situaciones de tu vida que hayas revestido de temor, y desechalas, diciéndote: "Dios es la fortaleza en la que confío"; tratando de deslizarte más allá de las preocupaciones. La forma de tener confianza no es confiar en uno mismo, sino en Dios, que tiene éxito en todo. Reconocer la propia debilidad es un paso necesario para corregir los errores. Luego, tratá de llegar muy hondo en tu mente, a un lugar seguro; hay un lugar en vos de perfecta paz, donde vive la fortaleza de Dios.
Esta idea remarca que Dios es nuestra seguridad siempre. Su Voz habla por Él diciéndonos cómo invocar Su fortaleza y Su protección.

Lección 48 : "No hay nada que temer".
Hoy haremos sesiones muy cortas, muy simples y muy frecuentes, tan a menudo como podamos, y se recomienda que sean con ojos cerrados, de alrededor de un minuto c/u.
Esta idea afirma simplemente un hecho real. La presencia de miedo es señal de que estás confiando en tu propia fortaleza. La conciencia de que no hay nada que temer, indica que en algún lugar de tu mente, recordaste a Dios y dejaste que Su fortaleza ocupe tu debilidad.

Lección 49 : "La Voz de Dios me habla durante todo el día".
Hoy necesitamos 4 sesiones de 5 minutos c/u, de ser posible incluso más. Trataremos de oír la Voz de Dios recordándonos a Dios y a nuestro Ser.
Escuchá en profundo silencio, tratando de permanecer muy quedo y abrí tu mente. Sumergite en la paz que te espera más allá de tus pensamientos habituales. Estamos tratando de llegar al hogar, donde somos bienvenidos; estamos tratando de llegar a Dios.
Aplicaciones Cortas: hacelas frecuentemente, con ojos abiertos si es necesario, cerrados si es posible, esperando quedamente luego de repetir la idea de hoy; estás invitando a la Voz de Dios a que te hable.
La idea de hoy nos dice que es posible escuchar la Voz de Dios durante todo el día, sin interrumpir las actividades habituales, porque la parte de tu mente donde vive la verdad está siempre comunicada con Dios; es serena, está en continuo reposo y llena de seguridad; es la única que existe realmente. La otra parte de tu mente es una ilusión, frenética y perturbada, tratá hoy de no prestarle oídos, sino de oír la voz de Dios llamándote, recordándote que te ama y no te olvidó.

Lección 50 : "El Amor de Dios es mi sustento".
2 veces al día, durante 10 minutos, la primera por la mañana, la otra por la noche, repetí la idea de hoy, reflexioná sobre ella, dejá que vengan pensamientos afines. Permití que la paz te cubra, y no permitas pensamientos vanos o necios que te perturben.
Sesiones cortas: hacelas con frecuencia a lo largo del día.
Hemos depositado, a lo largo de los años, nuestra fe en las cosas: ropa, casas, trabajo, poder... cosas huecas y sin fundamento a las que dotamos de poder. Todas ellas son sustituto del Amor de Dios, y aseguran tu identificación con el cuerpo y con el ego. No te sustentarán.
Sólo el Amor de Dios te protege en toda circunstancia, te rescata y te eleva hasta la paz y seguridad perfecta, adonde nada puede interrumpir tu calma eterna. Depositá tu fe en el Amor de Dios por vos. Estarás declarando tu liberación de los ídolos materiales, estarás reconociendo la verdad que hay en vos.

Primer Repaso

Cada día, tendremos 5 de las ideas vistas hasta hoy. Comenzá el día leyendo las 5 ideas y los comentarios. De ahí en adelante, no es necesario un orden determinado al repasarlas; dedicá 2 minutos a cada sesión de práctica, pensando en la idea y comentarios que hayas leído. Si alguna de las ideas te atrae más, podés concentrarte en ella, pero hay que repasar por lo menos una vez todas las ideas del día.
Si podés, hacé los repasos en un lugar tranquilo, pero no es imprescindible.
Notarás que algunas de las ideas no están en su forma original; usalas tal como ahora se dan.


Lección 51: "Nada de lo que veo significa nada". Porque veo lo que no es nada, y lo que no es nada no tiene significado. Tengo que desprenderme de esta forma de ver para que la visión pueda ocupar el lugar que le corresponde.
"Le he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mí". He juzgado todo lo que veo, y sólo veo mis juicios al mirar; eso no es visión. Estoy dispuesta a reconocer la falta de validez de mis juicios, porque quiero ver.
"No entiendo nada de lo que veo". ¿Cómo puedo entender lo que veo, si lo juzgué erróneamente? Lo que veo es una proyección de los errores de mi pensamiento. Por ello, quiero desprenderme de esta idea, par poder ver, entender y amar.
"Estos pensamientos no significan nada.". Los pensamientos de los que soy consciente no significan nada, porque estoy tratando de pensar sin Dios. Y mis pensamientos reales son los que pienso con Dios. Estoy dispuesta a reconocer que mis pensamientos actuales no significan nada, y a abandonarlos; elijo pensar los pensamientos que pienso con Dios, en los descansa toda la creación.
"Nunca estoy disgustado por la razón que creo". porque estoy tratando de justificar mis pensamientos, de hacer que sean verdad, haciendo de las cosas mi enemigo para justificar mi ira; no me he dado cuenta de que hacía esto para defenderme, para defender un sistema de pensamiento que me dañó. Estoy dispuesto a abandonarlo.

Lección 51 : "Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí". La realidad sólo brinda perfecta paz; si estoy disgustado, es porque la reemplacé con ilusiones. Siempre estoy disgustado por nada.
"Sólo veo el pasado". Cuando miro a mi alrededor, condeno al mundo que veo, usando el pasado en contra del mundo. Cuando me perdone a mí mismo y haya recordado quién soy, bendeciré al mundo que vea, contemplando con amor todo lo que antes no podía ver.
"Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado". Veo únicamente mis propios pensamientos proyectados afuera. Permítaseme recordar que me fijo en el pasado para prevenir que el presente despierte en mi mente; permítaseme aprender a dejar atrás el pasado, dándome cuento que al hacerlo, no renuncio a nada.
"No veo nada tal como es ahora".Sólo puedo ver lo que está acá ahora. La elección no es entre pasado y presente, sino entre ver o no ver. Ahora puedo elegir de nuevo, para poder ver.
"Mis pensamientos no significan nada".No tengo pensamientos privados, aunque sólo de ellos soy consciente. ¿No es preferible unirse al pensamiento del universo en vez de oscurecer todo con mis míseros pensamientos "privados"?

Lección 53 : "Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado". Tenemos tanto pensamientos sin significado (que nos muestran un mundo demente) como pensamientos reales. Recurriendo a ellos, puedo ver un mundo real.
"Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado." Los pensamientos dementes perturban y dan lugar a un mundo sin orden. Agradezco que este mundo caótico no es real, y que sólo lo veo si elijo otorgarle valor. Por ello elijo no otorgarle valor.
"Un mundo sin significado engendra temor." Lo que es demente engendra temor; no podemos contar con ello en absoluto. Pero un mundo así no es real; sólo le he conferido ilusión de realidad. y sufrí por haber creído en él. Elijo ahora dejar de creer en ésto y depositar mi confianza en lo que es real; así, me escaparé de todos los efectos del miedo.
"Dios no creó un mundo sin significado." ¿Cómo podría existir un mundo sin significado si Dios no lo creó? ¿Por qué seguir creyendo lo que crearon mis pensamientos dementes, cuando la perfección de la creación en mi hogar? Quiero reconocer mi verdadera morada.
"Mis pensamientos son imágenes que yo misma he fabricado." Todo lo que veo refleja mis pensamientos; son ellos los que me dicen dónde estoy y lo que soy. Al ver un mundo demente, sufriente, no estoy permitiendo que mis pensamientos reales viertan su benéfica luz sobre lo que veo. No obstante, el camino de Dios es seguro; las imágenes que fabriqué no prevalecen contra Dios, porque mi voluntad es volver a Él. Mi voluntad es la Suya.

Lección 54 : "No tengo pensamientos neutros." Es imposible tenerlos, porque los pensamientos tienen poder. O dan lugar a un mundo falso y demente, o dan lugar a un mundo real; pero es imposible que no tengan efecto. Mis pensamientos no pueden ser al mismo tiempo falsos y verdaderos, tienen que ser lo uno o lo otro; lo que veo del mundo me muestra cómo son.
"No veo cosas neutras." Lo que veo da testimonio de lo que pienso; y si no pensara, no existiría, porque la vida es pensamiento. Permítaseme ver al mundo como una representación de mi estado de ánimo. Sé que éste puede cambiar, y sé que el mundo que veo puede cambiar también.
"No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver". Si no tengo pensamientos privados, no puedo ver un mundo privado. Puedo invocar mis pensamientos reales, los cuales comparto con todo el mundo. Así como mis pensamientos de separación invocan pensamientos de separación en otros, mis pensamientos reales despiertan en ellos sus pensamientos reales; y el mundo real despertará en su visión así como en la mía.
No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos ". No soy el único en nada. Todo lo que pienso, digo o hago, es una enseñanza para todo el universo. Un hijo de Dios no puede pensar, hablar o actuar en vano. Tengo el poder de cambiar todas las mentes junto con la mía, por ser Hijo de Dios.
"Estoy decidida a ver". Reconozco que la naturaleza de mis pensamientos es que los comparto con todo lo que existe, y estoy decidida a ver las muestras de que la manera de pensar del mundo ha cambiado. Veré que el amor reemplaza al miedo, la risa a las lágrimas, y la abundancia a las pérdidas. Quiero contemplar el mundo real, que me muestra que la voluntad de Dios y la mía son una.

Lección 55 : "Estoy decidida a ver las cosas de otra manera". Lo que ahora veo son signos de enfermedad y muerte, y esto no puede ser lo que Dios creó para su hijo bienamado. Si veo estas cosas, es porque no entiendo a Dios. Estoy decidido a ver los testigos de la verdad en mí, en vez de aquellos que me muestran una ilusión de mí mismo.
"Lo que veo es una forma de venganza" El mundo que veo no es la representación de pensamientos amorosos, y son mis propios pensamientos de ataque los que le dan lugar. Mis pensamientos amorosos me librarán de esta percepción del mundo y me brindarán la paz que Dios dispuso que yo tuviese.
"Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque". En ésto y sólo en ésto radica la salvación. Si no albergase pensamientos de ataque, no podría ver un mundo de ataque. A medida que el perdón permita que el amor vuelva a mi conciencia, veré un mundo de paz, seguridad y dicha. Y esto es lo que elijo ver.
"No percibo lo que más me conviene". ¿Cómo podría saber lo que más me conviene si no sé quién soy? Estoy dispuesta a seguir al Guía que Dios me ha dado para descubrir lo que más me conviene, sabiendo que no lo veré por mi cuenta.
"No sé cuál es el propósito de nada ". Para mí el propósito de todas las cosas es justificar las ilusiones que abrigo respecto del mundo, por eso desconozco su verdadero propósito. Quiero que mi mente se vuelva receptiva al verdadero propósito del mundo, renunciando al que le he asignado, y descubrir la verdad acerca de él.

Lección 56 : "Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad". Todas mis esperanzas y planes parecen estar a merced de un mundo que no puedo controlar, donde acechan el dolor, la muerte, la desdicha. Sin embargo, la seguridad perfecta y la plena realización son mi herencia; y mis pensamientos reales me la mostrarán porque Dios la resguardó para mí
"Por encima de todo, quiero ver". Al reconocer que lo que veo es un reflejo de lo que creo ser, me doy cuenta de que mi mayor necesidad es la visión. Si voy a recordar quién soy, es primordial que abandone una imagen temerosa de mí mismo; y a medida que esta imagen sea reemplazada por la verdad, se me concederá la visión. Así contemplaré al mundo y a mí con claridad y amor.
"Por encima de todo, quiero ver las cosas de otra manera". El mundo que veo mantiene la imagen que forjé de mí mismo y mantiene su vigencia. Mientras lo siga viendo, la verdad no puede alborear en mi conciencia. Dejaré que se abra la puerta que está más allá de este mundo, para poder ver el mundo del Amor de Dios.
"Dios está en todo lo que veo " Tras cada imagen que forjé, se halla la verdad: mi voluntad unida a la de Dios. Dios sigue estando en todas partes y en todas las cosas eternamente, y nosotros, por ser parte de Él, reconoceremos la verdad que yace más allá de las apariencias.
"Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente." Oculto por mis pensamientos de separación y ataque, está el conocimiento de que todo es uno eternamente. Yo no perdí el conocimiento de quién soy por haberlo olvidado; ha sido resguardado para mí en la mente de Dios. Y yo soy uno con Él.

Lección 57 : "No soy víctima del mundo que veo". ¿Cómo podría ser víctima de un mundo que depende de mí para existir? Las puertas de la prisión están abiertas. Nada me retiene en este mundo, sólo mi deseo de permanecer aquí. Quiero renunciar a mis desquiciados deseos y caminar hacia la luz del sol.
"He inventado el mundo que veo". Yo mismo creé la prisión en la que me hallo, y con reconocerlo, quedaré libre. Me engaño a mí mismo al creer que es posible aprisionar al Hijo de dios, y es un error que quiero dejar de cometer, ya que el Hijo de Dios no puede sino ser eternamente libre. Él se encuentra donde Dios quiere que esté, no donde yo quise ponerlo.
"Hay otra manera de ver el mundo". Dado que el propósito del mundo no es el que yo le asigné, tiene que existir otra manera de verlo. Quiero contemplar el mundo tal como es, y verlo como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.
"Podría ver paz en lugar de esto". Cuando vea el mundo como un lugar de libertad, veré que refleja las leyes de Dios y no las que yo inventé. Y veré que la paz mora en los corazones de todos los que comparten este lugar conmigo.
"Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo". A medida que comparto la paz con mis hermanos, reconozco que brota de lo más profundo de mí mismo. El mundo que contemplo queda iluminado con la luz de mi perdón, y lo refleja de nuevo sobre mí. Así empiezo a comprender la santidad de toda cosa viviente, incluyéndome, y su unidad conmigo.

Lección 58 : "Mi santidad envuelve todo lo que veo". De mi santidad procede la percepción del mundo real. Habiendo perdonado, a mí y al mundo, ya no me considero culpable. Puedo aceptar la inocencia.
"Mi santidad bendice al mundo.". La percepción de mi santidad hace que yo y todo lo que veo sea incluido en la luz. A medida que reconozco mi santidad, la del mundo se alza resplandeciente.
"No hay nada que mi santidad no pueda hacer". El poder curativo de mi santidad es ilimitado, tal como su poder. Sólo me tengo que salvar de las ilusiones, que son falsas ideas acerca de mí, y mi santidad las desvanece al afirmar lo que en verdad soy.
"Mi santidad es mi salvación.". Ella me absuelve de toda culpa. Reconocerla es reconocer mi salvación, y entonces nada podrá atemorizarme. Así todos compartirán mi entendimiento, que es el regalo que me hizo Dios a mí y al mundo.
"Soy bendito por ser un Hijo de Dios.". En esto reside mi derecho a lo bueno; me pertenece porque así lo quiso Dios. Él me sustenta, me protege me dirige y me cuida en todo.

Lección 59 : "Dios va conmigo dondequiera que yo voy". ¿Cómo puedo estar solo, dudar, sentirme inseguro, sufrir, cuando en Él mora la perfecta certeza, la paz absoluta, el amor? Soy perfecto porque Dios va conmigo dondequiera que yo voy.
"Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo". Hoy no recurriré a mis ojos para ver. Hoy me valdré del regalo de la visión de Cristo para que este día me ayude a comprender la eternidad. "Dios es mi fuente. No puedo ver separada de Él." Puedo ver lo que Dios quiere que vea; más allá sólo hay ilusiones. Es a través de la visión de Cristo como elijo ver.
"Dios el la luz en la que veo".No puedo ver en la oscuridad, y Dios es la única luz. Por lo tanto, si voy a ver, tiene que ser por medio de Él. Le doy la bienvenida a la visión y al mundo feliz que me mostrará.
"Dios es la Mente con la que pienso".No tengo pensamientos que no comparta con Dios, porque no tengo otra mente que la Suya. Mis pensamiento son Suyos, y los Suyos, míos.

Lección 60 : "Dios es el Amor en el que perdono". Dios no perdona, porque jamás ha condenado. Para mí, el perdón es el medio por el cual reconoceré mi inocencia, es el reflejo del Amor de Dios en la tierra; llevándome tan cerca del Cielo que el Amor de Dios podrá tenderme la mano y elevarme hasta Él.
"Dios es la fortaleza en la que confío." No es con mi fortaleza con la que perdono, sino con la de Dios en mí, la cual recuerdo al perdonar. Y empiezo a recordar al Amor que decidí olvidar, pero que nunca se olvidó de mí.
"No hay nada que temer." ¡qué seguro me parecerá el mundo cuando lo pueda ver! Todo en él me bendecirá; reconoceré en todo al Amigo más querido. ¿qué puedo temer en un mundo que he perdonado y que a su vez, me ha perdonado?
"La voz de Dios me habla durante todo el día. " No hay un momento en que Su voz deje de guiar mis actos y dirigir mis pensamientos. Me dirijo firmemente hacia la verdad; no hay otro lugar adonde ir porque la voz de Dios es la guía que se le dio a Su Hijo.
"El Amor de Dios es mi sustento." Cuando escucho la voz de Dios, su Amor me sustenta. Cuando abro los ojos, su Amor alumbra el mundo para que pueda verlo. Cuando perdono, su Amor me recuerda que Su Hijo es impecable. Y cuando contemplo al mundo con su visión, recuerdo que yo soy Su Hijo.

Y ahora, terminado el repaso, volvemos a una frase por día